TAP Portugal volará a Cancún y Ciudad del Cabo
Cada vez hablamos más de TAP Portugal en Puntos Viajeros. La realidad es que TAP Portugal se ha transformado en los últimos años, con numerosos nuevos destinos, nuevos servicios, una flota renovada y en muchas ocasiones, precios muy atractivos (turista y business). Tan solo durante 2020, TAP Portugal tenía previsto aumentar en un 40% su capacidad con España, incluyendo un servicio de Puente Aéreo entre Madrid y Lisboa. Llegó COVID-19 y los planes se truncaron… pero TAP Portugal pretende lanzar algunos nuevos destinos a finales de este año 2020: Cancún (México) y Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

Cabina Business de TAP Portugal.
A partir del 27 de octubre, la aerolínea socia de Star Alliance TAP Portugal conectará con 3 frecuencias semanales (martes, jueves y sábados) la capital Lusa con Cancún, en la Península de Yucatán. Cancún se convertirá en el primer destino de TAP Portugal en México.
El horario de los vuelos será el siguiente:
TP176 Lisboa (LIS) 09:35 - 15:00 Cancún (CUN)
TP177 Cancún(CUN) 16:30 - 06:30 + 1 (LIS)
Además de Cancún, TAP Portugal también tiene intenciones de iniciar vuelos a Ciudad del Cabo a partir del 11 de noviembre de 2020. En este caso, la aerolínea Lusa pretende volar a Ciudad del Cabo con una frecuencia de tres vuelos semanales según el siguiente horario:
TP275 Lisboa (LIS) 10:30 – 23:40 Ciudad del Cabo (CPT): miércoles, viernes y domingos.
TP276 Ciudad del Cabo (CPT) 02:05 – 11:30 Lisboa (LIS): lunes, jueves y sábados.
Los horarios de ambas conexiones permiten cómodas conexiones con el resto de la red de TAP Portugal.
Estas dos nuevas rutas serán operadas por modernos Airbus A330-900neo, con capacidad para 298 pasajeros: 34 en cabina ejecutiva o business, y 264 en turista.
TAP Portugal forma parte de la alianza Star Alliance permitiendo la obtención y utilización de puntos y millas de cualquier programa socio de Star Alliance. En este artículo encontrarás más detalles sobre las alianzas aéreas.
Encontrarás todos los detalles sobre TAP Portugal en la página web de TAP.
Grupo Lufthansa: mascarilla obligatoria a partir del 4 de mayo
A partir del lunes 4 de mayo, todas las aerolíneas integrantes del Grupo Lufthansa exigirán a sus clientes el uso de mascarillas.
Además de Lufthansa, también aplicará a Swiss, Eurowings, Brussels Airlines y Austrian Airlines.
Según Lufthansa, “recomendamos el uso de mascarillas no solo durante el vuelo, sino también en las fases pre y post vuelo, especialmente cuando no sea posible garantizar la distancia de seguridad de 1.5 m”.

Uso obligatorio de mascarillas en vuelos de Lufthansa.
Lufthansa no se hará cargo de las mascarillas, por lo que los clientes deberán traer sus propias mascarillas. La aerolínea recomienda mascarillas de tela reutilizables, aunque el uso de mascarillas desechables o incluso una simple bufanda también podría usarse”.
La aerolínea especifica que esta medida estará en vigor hasta mínimo el 31 de agosto de 2020.
Esta nueva recomendación del uso de mascarilla es un cambio de 180 grados en la aerolínea. Hasta la fecha, la política del Grupo Lufthansa era garantizar el asiento contiguo libre a cada pasajero en Turista y Turista Premium. Con esta nueva medida, el Grupo Lufthansa no garantiza el asiento libre contiguo, pero asegura que intentarán aplicarlo siempre y cuando la ocupación lo permita.
¿El uso de mascarillas es una medida correcta? Seguramente cualquier herramienta usada para reducir el riesgo de contagio es correcta. Esta nueva medida probablemente sea la norma para la mayoría de las aerolíneas durante los meses venideros. Tiempo al tiempo.
Ahora bien, el hecho de que el grupo ya no garantice el asiento contiguo libre es síntoma de que la aerolínea podría vender más plazas de las que actualmente ofrece. Actualmente Lufthansa opera unos 15 vuelos semanales de largo radio desde Frankfurt y Múnich. En el corto y medio radio, son unos 330 vuelos. A partir del 18 de mayo, Lufthansa añadirá nuevos destinos como Atenas, Porto o Gotemburgo a su red de destinos y duplicará el número de vuelos domésticos a/desde Múnich.
Hola !! no deja de ser curioso que las empresas no quieran cambiar los modelos anteriores, dejan caer la idea con la esperanza que las autoridades lo aprueben. El distanciamiento social es lo único que funciona, las mascarillas no evitan ese distanciamiento y además las personas necesitan una educación sobre su buen uso.
No creo que la idea fructifique.
En Canarias la Asociación de Agencias de Viajes a pedido al Gobierno que pague los asientos vacíos de los aviones, es normal no querer peder lo que tenían, es una situación muy difícil para el turismo como lo conocíamos hasta ahora. Quizás seamos los pasajeros los que tengamos que pagar esos asientos si queremos viajar, veremos.
Gracias por seguir publicando Tobs.
Buenas Ivan! Estoy parcialmente de acuerdo con lo que informas, de que el uso indevido de mascarillas y guantes puede ser contraproducente. Pero honestamente, dejar el asiento contiguo libre no es sinónimo de distancia de seguridad. Se recomienda una distancia de 1.5 – 2 m entre personas. La anchura de una butaca en turista de un avión es de 46 cm… muy lejos de la distancia de seguridad. Es 46 cm una distancia adecuada, que limita el riesgo de contagio? Científicamente no está comprobado, aunque empíricamente podríamos decir que mejor 46 cm que 3 cm. Yo creo que la historia del “asiento central libre” morirá poco a poco, ya que tanto la IATA como la EASA ya se han posicionado en contra de esta medida por defecto. Obviamente, si la ocupación lo permite, se intentará espaciar en la medida de lo posible a los pasajeros. Con el paso del tiempo veremos con las diferentes insituciones y reguladores se posicionan al respecto.
Estoy contigo Tobs.
Muy probablemente sea más efectivo que todos lleven mascarillas que el distanciamiento de una butaca.
Obviamente sería mejor ambas cosas, pero absolutamente insostenible económicamente.
Eso de que un gobierno pague el espacio libre podría servir para determinados casos puntuales en determinadas rutas regionales o nacionales, como ocurre con la bonificación por insularidad en España, pero no podría llevarse a gran escala de ninguna forma, porque hablamos de auténticas millonadas y “el gobierno” significa “nuestros impuestos” ¿Repercutiríamos al conjunto de ciudadanía y empresas las ansias de viajar de los que quieran viajar? ¿Qué gobierno pagaría las butacas en vuelos internacionales? ¿El de origen, el de destino, los dos? ¿Qué pasa con las escalas? No hay por dónde cogerlo.
Con respecto al modelo. El modelo no lo determinan las empresas. El modelo lo determinamos todos. Viajar tiene un coste que es el que es. Por un lado las empresas intentan reducir esos costes y a su vez intentan ampliar beneficios, pero siempre dentro de unos parámetros de competitividad. Por otro lado, los que viajamos los queremos hacerlo lo más barato posible y lo mejor posible.
El modelo que se crea es el que se encuentra en un punto intermedio entre las necesidades de empresas y clientes.
En las últimas décadas ha surgido el modelo low-cost, porque se ha encontrado cierto equilibrio, aunque en parte ficticio visto las aerolíneas que han quebrado y las que lo harán en breve, pero si esperas que te lleven en un jet privado y te cueste 5 euros puede seguir soñando. Entre tanto, tenemos que amoldarnos a la realidad y esta va a pasar por implementar medidas, como mascarillas y demás, o viajar al triple o cuádruple de coste, si no más. Como clientes tendremos que decidir lo que preferimos.
Saludos.
Yo creo que esta crisis abre la puerta a muchas reflexiones sobre constumbres, estilos de vida… que repercuten directamente en la forma de viajar. Personalmente opino, y estoy convencido, que saldremos de esta crisis del coronavirus una vez cada uno de nosotros entendamos que el problema somos nosotros mismos. Ningún Gobierno, Estado o institución “nos salvará mágicamente del coronavirus” – eso sí, debe proveer herramientas y medidas necesarias para más o menos, tener controlada la situación. Pero nosotros, como somos el problema, también somos la solución (obviamente, si alguien viene con vacuna o tratamiento, la situación es muchísimo mejor).
En el caso del asiento contiguo libre, a mi me parece más “publicidad engañosa”. ¿Por qué? Hay muy pocos estudios científicos sobre la transmisión de enfermedades infecciosas en los aviones. En lo que toca, hay uno realizado durante el brote de SARS. De los vuelos analizados, solo en 1 se detectó transmisión local entre pasajeros. Y lo más interesante era que no había un patrón de infección. La infección local se expandió de forma asimétrica, afectando a pasajeros que estaban 7 filas más adelante, así como otros que estaban 8 o 9 filas detrás. Los pasjeros direcamente contiguos con el paciente 0 (por así decirlo), no desarrollaron la enfermedad. En el resto de vuelos analizados, no se detectó contagios “locales dentro del avión”, por lo que lleva a pensar que en el avión con contagio local, se trataba de un paciente supercontagiador y que el “asiento contiguo libre” no limita la expansión de la enfermedad.
Yo espero tomar mis vacaciones en agosto, aunque sea a finales, lo espero hacer (Tobs cruzando los dedos para que la sociedad se de cuenta lo importante que son las medidas de higiene personal y limitar los contacto y costumbre interpersonales innecesarias).
Gracias, genial poder debatir con vosotros. Estoy muy de acuerdo con la mayoría de lo que decís. Tampoco creo que la distancia entre asientos sea suficiente, los aviones son espacios cerrados y ahí radica el problema. Mi comentario sobre el pago de asientos vacíos lo puse como anecdótico. Mi opinión es que nadie quiere cambiar de modelo y será el virus quién marque los pasos. Tendrán que mirar alternativas y reinventarse y las mascarillas suena mas a una continuación del modelo anterior, “turismo industrial” como acuñó Edward Abbey, lo veo muy difícil hasta que salga una vacuna.
Después está el miedo de la población como hace unos días advirtió Bill Gates, es una condición innata en los humanos, que puede hacer que no viaje el número suficientes de persona para que volar sea rentable hasta que se vuelva a la normalidad.
Hoy justo había leído un artículo sobre el “Gaslighting Social” y el anuncio de Luthansa me recordó a él .
Os dejo el enlace por si tenéis curiosidad: https://forge.medium.com/prepare-for-the-ultimate-gaslighting-6a8ce3f0a0e0
Saludos Equipo.
Cambiar de modelo cuando las cosas van bien y en la dirección es muy difícil. Normalmente, uno se ve forzado a cambiar cuando no hay más remedio. Las aerolíneas no les queda de otra que modificar su modelo. Habrán muchas rutas que pasarán a ser nostálgicas, otras donde la frecuencia se verá reducida, otras con aviones más pequeños… y así, porque según la estimación de las aerolínas, habrá un X% que viajará menos y otros que no viajarán. Por ejemplo, BA quiere prescindir de un 25% de sus pilotos, SAS en torno al 40%, y ahora Delta ha confirmado que en junio “jubilará” unos 150 aviones. Un problema que veo yo es que como estamos dentro de la crisis, es difícil realizar un análisis objetivo de como será la situación en 1 mes, 3 meses, medio año o 3 años, porque como nunca antes (en tiempos modernos) hemos sufrido una pandemia similar, no podemos comparar con un “punto de referencia” y decir “ajá, la última vez por aquí iban los tiros, por aquí no, uy! esto no pasó la última vez, ¿por qué?… sino que es completamente experimental. Y tal vez, en 6 meses digamos “uix, parece ser que sobreactuamos al inicio y bla bla bla”, pero también “nos lo tendríamos que haber tomado más en serio”. No lo sabemos. Y lo mismo pasará con la aviación comercial, vendrán muchas propuestas desde diferentes ámbitos, tanto para los pasajeros, los propios asientos (alguna compañía ya ha propuesto unos asientos con mamparas transparentes), para empleados (AirAsia tiene una propuesta de nuevos uniformes un tanto astronáutica!), como de los propios aviones (los fabricantes han comenzado a recomendar a reciclar menos aire y suplementar el aire de la cabina con fresco, aunque ello implique un mayor consumo de queroseno)… y bueno, en términos de aeropuertos (que están todos muy calladitos), seguramente en un par de meses alguien dirá “os lo llevo diciendo mucho tiempo, pero eso de tener el dutyfree con pasillos en S después del control de seguridad es un hot-spot de transmisión de enfermedades contagiosas por vía aérea”. Yo creo que la industria de la aviación podrá convencer con mayor facilidad a los viajeros que “volar es seguro”; aunque hay poca investigación (antes hice una búsqueda en el buscador de artículos científicos PubMed y bajo “transmission airbone disease plane/aircraft” hay 24 entradas (desde el 2000), la conclusión es que la transmisibilidad de enfermedades contagiosas en aviones es baja o muy baja (si fuera más alta, estoy convencidísimo que habrían muchos más brotes de enfermedades tipo la gripe asociados al transporte aéreo). Ahora, en lo que respecta a hoteles… ya eso es más complicado, especialmente en establecimientos de miles de habitaciones, donde cada empleado es uno más y no existen controles y regulaciones tan exhaustivas como en la aviación. Pero al caso, en 6 meses o 1 año veremos si ese hipotético gaslighting es real o esto es en serio.
Tenemos ejemplos de la dificultad de llevar a cabo lo que propones: mensaje lanzado hasta la extenuación sobre el uso consistente del preservativo durante toda la vida adulta sexual para evitar ITS y Vih. Usar siempre el preservativo desde la primera relación sexual en la primera juventud hasta el último día que decidamos mantener sexo, cada vez usando el preservativo. No siempre es posible como lo han constatado diferentes investigaciones, no hay un uso consistente del mismo: cansancio, relajación de normas, no percepción de riesgos, la cuestión de género en la negociación sobre su uso, etc. Lo que quiero decir que terminaremos viendo que en algún momento se dejará de mantener la distancia social, mascarillas, lavado de manos,,etc, porque entre otras razones, una medida preventiva que proporciona grandes beneficios para la comunidad le ofrece poco a cada uno de los individuos que participan en ella. Tenemos que ser conscientes de ello y no frustrarnos…aunque me temo que el enfado social no va a disminuir. Este será nuestro balanceo hasta que aparezcan nuevas herramientas terapéuticas.
..o simplemente no viajar..Si lo haces más difícil o incomodo la gente van a pensarlo mucho más antes de comprar un viaje.
Viajar siempre ha tendido su dosis de incomodidades. Obviamente no es lo mismo en Business, con transportes privados, buenos hoteles, etc, que en un low cost y mochila al hombro, pero aún así y mientras no haya teletransportación siempre será un trasiego 🙂
Añadir algunas incomodidades empeorará la experiencia. A muchos les echará para atrás y viajarán menos o buscarán destinos más cercanos/cómodos. Pero a otros muchos no nos frenará para seguir conociendo el mundo.
Yo al menos sigo con un plan de viaje que tenía para finales de año y sigo planeando con ilusión el gran viaje de 2021. Si no puede ser alguno de los dos, o ninguno de los dos, se aplazarán, pero serán más pronto que tarde 🙂
Las mascarillas son el nuevo WiFi a bordo, extra que paga el cliente.